Los cuadros eléctricos son elementos clave en cualquier instalación pública o privada. De su buen estado depende no solo la eficiencia energética, sino también la seguridad del edificio y de las personas que lo utilizan. Fallos eléctricos no detectados a tiempo pueden derivar en interrupciones del servicio, sobrecostes o incluso situaciones de riesgo.
En Grup Aldago apostamos por incorporar tecnologías que permiten detectar fallos antes de que se conviertan en averías. Entre ellas, la termografía se ha consolidado como una herramienta eficaz, precisa y no invasiva para mejorar el mantenimiento preventivo de instalaciones eléctricas.
¿Por qué usar una cámara termográfica en el mantenimiento?
La cámara termográfica permite visualizar el calor que emiten los componentes eléctricos sin necesidad de contacto físico. Esto significa que se pueden identificar puntos de sobrecalentamiento o conexiones defectuosas sin desmontar, sin interrumpir el servicio y sin poner en riesgo al técnico. El análisis térmico revela problemas ocultos que no se perciben a simple vista, pero que pueden comprometer el funcionamiento del sistema eléctrico.
Gracias a este tipo de inspecciones preventivas, podemos detectar:
- Fusibles deteriorados o al límite de su capacidad.
- Conexiones flojas o mal apretadas que generan resistencia y calor.
- Desequilibrios de carga entre fases que pueden provocar sobrecargas.
- Fallos en interruptores, relés o disyuntores que no activan correctamente.
Estas anomalías, si no se detectan a tiempo, pueden derivar en cortes de suministro, fallos de equipos sensibles o incluso incendios en cuadros eléctricos saturados.
Y lo mejor: todo ello se puede inspeccionar sin necesidad de detener la actividad del edificio ni desmontar el cuadro. Esto permite realizar las inspecciones de forma segura, rápida y con mínima afectación al servicio.
Ventajas de la termografía aplicada al mantenimiento eléctrico
Incorporar esta tecnología dentro del plan de mantenimiento aporta ventajas muy claras para técnicos, gestores y responsables de instalaciones:
- Reducir riesgos: al anticipar posibles puntos de fallo, se evita el sobrecalentamiento y el riesgo de incendio eléctrico.
- Optimizar costes: se actúa de forma selectiva, solo donde hay evidencia de deterioro o mal funcionamiento.
- Ahorrar tiempo: las inspecciones son rápidas, no invasivas y permiten seguir con el servicio sin interrupciones.
- Documentar el estado real: los informes termográficos incluyen imágenes térmicas que permiten comparar el estado de los cuadros a lo largo del tiempo.
- Facilitar la toma de decisiones: al basarse en datos objetivos, se priorizan mejor las inversiones en mantenimiento correctivo.
Además, al tratarse de una técnica visual y fácilmente comprensible, la termografía también resulta útil para comunicar a responsables o técnicos municipales la necesidad de intervenir en determinados puntos críticos.
Integración con planes de mantenimiento
En Grup Aldago integramos las inspecciones termográficas dentro de nuestros planes de mantenimiento preventivo, tanto en edificios públicos como en infraestructuras técnicas complejas. Esto nos permite:
- Programar revisiones periódicas.
- Crear un histórico térmico de cada cuadro o instalación.
- Detectar tendencias de calentamiento progresivo.
- Planificar intervenciones antes de que se produzca la avería.
Además, esta tecnología se puede combinar con otros sistemas avanzados como sensores de temperatura, contadores de consumo, sensores de humedad o sistemas de registro remoto. Todo ello se traduce en un mayor control técnico y una respuesta más rápida ante cualquier incidencia.
La prevención, siempre por delante
El mantenimiento eléctrico no debe limitarse a actuar cuando algo falla. Con herramientas como la cámara termográfica, podemos adelantarnos al problema, prolongar la vida útil de los componentes y garantizar la seguridad de los espacios públicos. La eficiencia no está solo en el ahorro energético, sino también en saber detectar a tiempo lo que no se ve.